Y se fue…
-Terminó sexenio de pesadilla
-Resurge la esperanza de un cambio
-Renunció Fiscal Anticorrupción
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
1-octubre-2024
Terminó el sexenio del MALO, perdón, AMLO. Terminó un sexenio de terror que en las siguientes décadas será recordado por no hacer nada para evitar la muerte de un millón de personas, 800 mil del COVID y 200 mil asesinados, más 116 mil desaparecidos.
Terminó el sexenio del presidente más conservador de las últimas décadas, que durante el COVID se protegió con estampitas religiosas y nunca tuvo una postura clara en temas de sexualidad. Nunca condenó la venta de niñas en Guerrero y a lo más que atinó a decir, es que eran los usos y costumbres de la gente y ahí no se metía. Tampoco se metió en el tema del crimen organizado, más que para proteger a un cártel y ordenar combatir a los demás.
Terminó el sexenio del presidente que exigía vivir en austeridad y no tener aspiraciones y a su hijo menor lo envió a estudiar a Londres y le compro tenis de 150 mil pesos; que presume que tenemos el mejor sistema de salud del mundo y su nieto nació en un hospital de Houston.
Se va el presidente que prometió que la economía crecería al 6 por ciento anual y terminamos creciendo 6 por ciento en los 6 años.
Se va el presidente pendenciero que se peleó con Perú, Ecuador, Argentina, Estados Unidos, España y defendió las dictaduras de Venezuela, Cuba y Rusia.
Y si bien AMLO ya se fue, habrá que ver si realmente se va, o está agazapado y desde la oscuridad planea seguir mandando a su sucesora, como lo hizo Plutarco Elías Calles quien en 1928 proclamó el fin del caudillismo y le dio la bienvenida a las instituciones y sin embargo, impuso en la presidencia a Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez y Lázaro Cárdenas.
Por lo pronto, AMLO le heredó a Claudia, la mitad del gabinete, controla el Senado con Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña y parte de la Cámara de Diputados.
Y todo indica que AMLO seguirá influyendo en las fuerzas armadas porque en su sexenio les dio todo y enriqueció a muchos generales al otorgarles toda clase de obras.
No todo está perdido, por supuesto. Hoy, como en cualquier otro inicio de sexenio, existe la esperanza de que ahora sí tengamos un estadista al frente del gobierno mexicano, que se preocupe y ocupe de que a todos los ciudadanos les vaya bien, por lo menos a los que enfrentan mayores carencias económicas, que son más de 50 millones de habitantes.
Lo mejor del sexenio que terminó es que AMLO ya se fue.
En otro tema, el Fiscal Anticorrupción, Raúl Ramírez renunció al cargo, que asumió en septiembre de 2021. La anterior legislatura, controlada por Morena, lo destituyó, pero él se amparó y le pelaron los dientes.
Se tardó en renunciar, si sabía que no lo querían ni los diputados de Morena ni el Ejecutivo, debió renunciar al inicio del actual sexenio, pero por sus calzones se sostuvo. El Fiscal Irving Barrios debería seguir su ejemplo. A él tampoco no lo quieren, pero hasta el momento eso le tiene sin cuidado.