Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

Poco le duro el gusto a la diputada Carmen Lilia Canturosas como coordinadora de los legisladores de Morena. Apenas estaba abriendo las botellas de champagne para celebrar, cuando 8 de los 10 integrantes de la fracción se reunieron y eligieron a Edna Rivera López, de Ciudad Madero, como su representante.

Al desconocerla, se evidenció lo frágil del canturosismo, que triunfa en las redes sociales, pero fuera de ahí acumula derrotas. Y es que al no permitirle tomar una posición que de por sí representa muy poco, o casi nada, el golpe no es para Carmen Lilia, sino para su hermano que fue quien la hizo regidora y luego diputada.

Ser coordinadora de 10 diputados, en un universo de 36, en el cual el PAN tiene 22, no es ninguna posición de fuerza, pero en medio de tantas noticias negativas, el canturosismo necesitaba de un chorro de agua del cual sujetarse.

Además de haberse promovido en la Ciudad de México, los Canturosas debieron ser humildes y entablar lazos de comunicación con los otros nueve diputados de Morena. Una llamadita para saludarlos y ponerse a sus órdenes, hubiese sido de utilidad. En vez de eso les ganó la soberbia. Si están bien con el de arriba, ¿para qué quieren al infeliciaje?, debieron pensar.

Si hubieran pensado en el infeliciaje, otra sería la historia de esa coordinación que representa poco, pues al no tener ni un tercio de los diputados, no hay forma de que Morena obligue al PAN a pactar. Para el PAN será más fácil sumar los 3 votos del PRI y 1 del MC. Las coincidencias políticas son demasiadas. Los del MC y el PRI, son más panistas que los del PAN. Y saben que les conviene estar con el partido en el gobierno.

El PAN podrá hacer uso de la aplanadora, si topa con un Morena inflexible, empeñado en ser opositor por sistema. Lo ideal sería ver a los legisladores debatiendo, convenciendo con argumentos.

En la reunión en la que ocho diputados escogieron a Edna Rivera López no asistió Carmen Lilia, a lo cual la coordinadora electa confió en que se sume al grupo parlamentario. No creemos que Carmen Lilia se declare independiente. Sabe que en el pleito que su familia mantiene con el Gobernador necesita de aliados. Lo que sume es bueno, sea lo que sea, por eso no importa sujetarse de un chorro de agua.

Edna Rivera fue muy lista y lleva como su vice-coordinadora a la neolaredense Esther García Ancira. Con ello se manda el mensaje de que son incluyentes y que si batearon a Carmen Lilia fue por la soberbia de pensar que bastaba estar bien con los de arriba y que a los de abajo, ni siquiera había necesidad de saludarlos.

Lo que paso con la bancada de Morena en Tamaulipas, sigue un patrón similar a lo que ocurrió en el senado, en donde Martí Batres pretendió mantenerse, convencido de que no necesitaba el apoyo de sus compañeros, mientras tuviera el respaldo del Presidente. Y al final, lo botaron cual chancla vieja, que ya no sirve ni para matar bichos.