AL VUELO
Por Pegaso

Me comentaba ayer mi amigo Juanito, Director Ejecutivo del prestigiado portal informativo Inforio, que los Choca-choca ya están operando de manera descarada en las calles de la ciudad.

Como una plaga, van sobre sus víctimas y le sacan todo el dinero que pueden, y luego se van tan campantes, sin que nadie les haga nada.

Pero… esperen. ¿Qué diablos es un Choca-choca?

El término Choca-choca viene del latín Chocus-chocus… (Nota de la Redacción: Nuestro colaborador se extiende por tres fojas de tipo legal, anverso y reverso, para darnos la descripción técnica de lo que es un Choca-choca. Editamos la parte docta y proseguimos con sus vulgarismos, que son de mayor sustancia y contento para sus dos o tres lectores).

En fin, un Choca-choca es aquel gandalla individuo que generalmente opera en grupos de dos, tres o más que se dedican a provocar choques en las calles.

La mecánica es la siguiente: Salen a la vía pública, buscando a una presunta víctima. Cuando la ubican, mediante una aplicación consultan en sus celulares si el auto está asegurado.

Una vez que se cercioran que no lo está, se le adelantan, y cuando notan que el incauto viene distraído, ponen el auto en neutral y frenan repentinamente, haciendo que se estrellen en la parte trasera.

Como el que pega se siente responsable, tiende a bajarse del carro y es entonces cuando el delincuente lo encara y le exige una reparación del daño.

Uno o más cómplices que vienen atrás también se bajan y aseguran que la víctima es el que tiene la culpa.

El golpeado pide entonces esperar a las autoridades de tránsito, pero como lo que menos quiere el cándido es pagar una multa y el costo de la grúa, generalmente ofrece arreglarse ahí mismo, ofreciendo determinada cantidad de dinero.

Lo malo es que cuando sí llegan los elementos viales, o están en contubernio con los vivales o toman como testimonio lo que dicen los cómplices para fincarle responsabilidades al cándido automovilista.

Los Choca-choca ya operan en las principales ciudades del país.

En Reynosa tienen desde hace unos cinco o seis años que trabajan con bajo perfil, pero ahora ya lo hacen a lo descarado.

Lo que los especialistas recomiendan es contratar un seguro de daños a terceros, para que sea la aseguradora la que se encargue de arreglarse con ellos.

Los Choca-choca no son estúpidos. Saben que es mejor negociar con un asustado automovilista que no cuenta con seguro, que con los avispados chupasangre de las afianzadoras.

A los primeros pueden sacarle 5, 10, 15 o hasta 30 mil, dependiendo del “daño” causado, en tanto que las compañías sólo dan la mitad y la hacen cardiaca para pagar.

Otras recomendaciones son: Ir siempre alerta al manejar, no distraerse ni una fracción de segundo cuando va uno al volante, no ir viendo o hablando por teléfono, fijarse bien en las maniobras de los autos que vienen detrás, si se emparejan o se adelantan deliberadamente.

¿Ya dije que para cometer sus fechorías se auxilian de una aplicación para ver si el auto de la víctima está asegurada?

Son programas informáticos que cualquiera puede bajar y operar, así que, en realidad, estamos en manos de estas lacras sociales.

Ahora más que nunca debemos cuidarnos incluso cuando vamos manejando en la calle.

No sea que de pronto nos salga un Choca-choca.

Viene el refrán estilo Pegaso: “Quien impacta, desembolsa”. (El que pega, paga).