Por: Manuel Madrid

Jefe Juanjo:Cuando la chamacada nos reuníamos en la esquina de mi casa después de que salíamos de la primaria, allá en el rancho, lo primero que hacíamos era dividirnos para jugar pelota.

Como portería colocábamos dos piedras, separadas tres pasos una de otra.

No había límite de campo, a veces pateábamos la pelota entre las plantas de escobillo que nacían en las calles polvorientas.

Si la pelota cruzaba la cerca de alambre de los terrenos aledaños, alguien tenía que meterse y patearla para que el juego continuara.

Los chamacos más grandes se aprovechaban de los más pequeños y los empujaban cuando tenían la posesión del balón, o les metían el pie donde iban corriendo y nadie marcaba la falta porque jugábamos sin árbitro.

El juego se terminaba cuando nos cansábamos.

Uno de los más pleitistas era Felipe el diablo, así le llamaba la chamacada.

Para todo protestaba.

En una ocasión cuando iba perdiendo tomó un garrote y le descerrajó tremendo palazo a Manolo, el hijo de don Manuel Diéguez.

Su mamá llegó y le preguntó por qué lo había golpeado y él le dijo que era para que ya no metiera más goles porque el marcador le era contrario, 20 goles a 6.

La señora tomó un cinturón y le dio una buena calentada y le dijo: Esto es para que aprendas a perder.

Ayer se llevó a cabo la consulta para la revocación de mandato en todo el país. Un proceso innecesario en el que se gastaron millones de pesos que bien pudieron usarse en obras de beneficio colectivo, porque el presidente fue elegido para un mandato de 6 años. No menos. Y debe cumplir con su responsabilidad.

Tan sólo en Nuevo Laredo, ayer domingo salieron a votar 51 mil 775 neolaredenses.

De esta cifra, 46 mil 579 votaron para que el presidente de la República siga en el cargo y 4 mil 421 dijeron que no. Se anularon 775 votos.

Las cifras revelan que en esta frontera, no hubo mucho interés en participar en esta consulta.

De hecho, con relación al ejercicio del año pasado, el presidente obtuvo 19 mil 522 votos menos.

El año pasado lo apoyaron 66 mil 101 personas, y en el 2018 fueron 66 mil 762, lo que revela que en tan sólo 9 meses perdió casi 20 mil votos.

A nivel nacional votaron casi 16 millones de personas, que representa tan sólo el 18% del padrón.

Como era de esperarse, el presidente ya empezó a culpar al INE del fracaso, pero todo hace suponer que fue plan con maña porque antes de las elecciones, le recortó drásticamente el presupuesto a esa institución.

Los analistas políticos ya habían previsto que no reconocería ninguna derrota.

No la reconoció en anteriores procesos, menos ahora.

Dan ganas de llamar a la mamá de Felipe para que lo corrija y aprenda a perder.

¡Salud!