La Comuna

Los costos de la pandilla del guachicol

José Ángel Solorio Martínez

El sur tamaulipeco, representa varios desafíos para el precandidato de MORENA a la gubernatura, Américo Villarreal Anaya. En primer plano, aparece el morenista alcalde de Madero, Adrian Oseguera Kernion; en segundo, -no menos importante- el cubrir la vacante operativa de Erasmo González Robledo y aliados -Adrián Ortiz, Olga Sosa y otros- que resultaron debilitados por sus nexos abiertos y evidentes con los guachicoleros hermanos Carmona.
La suma de Oseguera, parece urgente para reactivar una estructura social y partidista que mueve tanto en Madero como en Tampico y Altamira. Todos los morenistas -incluido Erasmo- se dedicaron a la dulce vida, olvidando organizar y hacer crecer la red partidista en el sur de la entidad.
Sólo el alcalde maderense hizo lo propio: le metió canilla a su partido y lo convirtió en una urdimbre política respetable. Otro activo de Adrián es su capacidad de interlocución con grupos panistas de la zona conurbada -Tampico, Madero y Altamira- que están desencantados por el desplazamiento de Chucho Nader de la precandidatura del PAN a la gubernatura.
La banda del guachicol, con Erasmo a la cabeza, dejaron de representar a MORENA en el sur del estado.
En Altamira, también tiene retos que resolver Villarreal Anaya. El alcalde, Armando Martínez, está enfocado en hacer dinero con sus empresas auto-contratándose con el Ayuntamiento, y no en realizar trabajo político para su partido y su precandidato.
(Se dice en corrillos del bajo mundo político, que su esposa realiza labores desde el DIF a favor de los azules).
Otro elemento que hace achicar la labor proselitista para MORENA de parte de Armando es su sociedad con el panista Juvenal Hernández quien es un actor vinculado con el panizo tamaulipeco.
Hasta hoy, los que se dicen representantes del precandidato en la zona conurbada, son cuadros de bajo perfil que no representan competencia dura. MORENA navega con el peso de la marca, pero puede ser llevado al naufragio por esos morenistas de escasa estatura para las jornadas electorales que tiene en puerta el lopezobradorismo.
Las semanas que vienen, serán de estratégicos movimientos -necesariamente- para todos los partidos y coaliciones en la región del Pánuco.
El PAN, tendrá la obligación de atemperar el descalabro de Chucho Nader, so pena de mandar al caño miles de votos tampiqueños; MORENA, en adaptarse para asimilar, digerir, a una pandilla política -la banda del guachicol- que le puede restar miles de votos al candidato del lopezobradorismo en el poderoso triángulo del petróleo, de los capitanes de empresa y del rentable como emergente economía porteña de Altamira.