Maremágnum
Por Mario Vargas Suárez

“Hablando de mujeres y traiciones, se fueron consumiendo las botellas. Pidieron que cantara mis canciones, y yo canté unas dos en contra de ellas. De pronto que se acerca un caballero, su pelo ya pintaba algunas canas, me dijo le suplico compañero que no hable en mi presencia de las damas…”.

Esta inspiración musical fue escrita por el michoacano Martín Urieta Solano (11 noviembre 1943), cantautor que antes de saltar a la fama musical, salió de su natal Huetamo y se trasladó a CDMX, donde estudió para profesor en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y más tarde en la Escuela Normal Superior de México.

Desde niño su pasión fue la música, por lo que aprendió a tocar el violín, la guitarra y la flauta, que fueron inspiración para escribir sus primeras canciones y como chilango continuó con la música en los ratos libres que le dejaba el magisterio.

La oportunidad musical para Martín Urieta se la dio el Mtro. Bulmaro Bermúdez Gómez, a quien le gustaron mucho las composiciones del michoacano, aunque le recomendó dejara atrás los temas campiranos y le invitó para incursionar en temas románticos… a la mujer… al amor.

La inspiración le llevó a componer: “Acá Entre Nos”, “Bohemio de Afición”, “Compréndanla”, “Con las Alas Rotas”, “Déjate Amar”, “Estatua de Marfil”, “Fruta Madura”, “Gotita de Miel”, “Indomable”, “Jaula Dorada”, “Las Mujeres más Bellas”, “No Nací para Rogar”, “Qué de Raro Tiene”, “Recordando el Pasado”, “Si por Mí Fuera”, “Yo no Me Compartí”, “Urge”…

En este tenor, toda aquella pluma que se ha referido a las mujeres, en todos los tiempos, ha sido por la inspiración de sueños, de amor, de respeto. De anhelo… Aunque hay letras con o sin ritmo musical que también se refieren a ese bello sexo en forma de traición, deshonor, dolor, etc.

Por ello bien pudiera decirse hay para todos los gustos y añadiría… para todos los momentos.

El tema viene a esta mesa por la convocatoria del 9 de Marzo próximo y estemos en México Un Día Sin Mujeres. Soy de los que opinan que en este movimiento no hay tintes contra el presidente López Obrador y menos, como se ha tratado de desvirtuar, que esta jornada sea un acto más de guerra contra los hombres.

La convocatoria no es para empoderar a quienes abanderan una lucha contra los feminicidios que lastimosamente se están incrementando en forma desproporcional, aunque no dudo que haya ‘abusadillas’ que se cuelen para ello.

Quienes estudian este lamentable tema, identifican patrones en los asesinatos de miles de mujeres mexicanas muertas en el territorio nacional desde hace muchos años y que por desgracia, en el último año, las estadísticas se elevaron escandalosamente.

Pareciera una constante el color de la piel, la condición social -pobreza en la mayoría de los casos-, la ocupación u oficio, la zona geográfica de residencia, etc.

Lamentablemente reconozco el sometimiento femenino ante un hombre -en algunos casos- y creo es por cuestiones hasta de educación familiar, porque son patrones de conductas determinadas por la familia de ambos y se aceptan hasta como ‘normal’.

Históricamente la mujer ha sido minimizada en muchos aspectos de la vida familiar y pública, teniendo prioridad los hombres y por ejemplos podemos citar a los griegos o los mismos mayas, aztecas.

En México se le concedieron los derechos ciudadanos a la mujer cuando le permiten ir a las urnas electorales, pero no porque ‘lo mereciera’ sino porque el PRI necesitaba validar con el voto a sus candidatos. ¿La razón? Simple, muchos mexicanos se fueron a Gringolandia, por la segunda guerra mundial, y no volvieron, entonces la mujer entra a la vida productiva del país.

Hasta hace, relativamente pocas décadas, se abrieron las puertas de los bares en el país, porque antes tenían estrictamente prohibido entrar, solo podían pasar los varones, hasta en las populares pulquerías.

Cierro este espacio con el tema de apertura, Martin Urieta. Un día cantaba con sus amigos Te Me Vas al Diablo, cuando un paisano lo interrumpió y recriminó la ofensa a las mujeres. Martín replicó que seguramente a él nunca lo habían lastimado tanto, pero el amigo lo contradijo a voz en cuello: “¡No!, A mí siempre me han hecho pedazos el alma, ¡pero no voy a andar de chillón! Tú bien sabes que los momentos más bellos nos los han dado las mujeres”…Así nació Mujeres Divinas.

El 9 de marzo las mujeres quieren demostrar unidad, pero no solo de ellas como género, sino que la ciudadanía apoyemos el Alto a la Muerte, a las lesiones físicas o psicológicas del ser humano.