Tiempo de  opinar
Por Raúl Hernández Moreno

— Inició temporada de huracanes
— Tamaulipas necesita uno para que se llenen las presas
— Pero que no sea  devastador

El sitio digital Polls.mx, que mide las encuestas sobre un mismo tema, publica éste día que  Claudia Sheinbaum encabeza las preferencias electorales  con 36 puntos; le sigue  Marcelo Ebrad con 29;  y en tercer lugar se ubica Adán Augusto López, con 14.

El cuarto lugar lo ocupa Gerardo Fernández Noroña con 9;  Ricardo Monreal tiene 5; y el último sitio lo tiene Manuel Velasco, con 4.

Si el candidato de la alianza Morena-PT-Verde se eligiera por encuesta, la ganadora hoy, mañana y a fines de agosto, sería la señora Sheinbaum. Liderea las preferencias desde siempre y no se  va a caer en estos días, salvo que pase algo muy  grave.

Pero no serán las encuestas las que decidan al candidato. Eso lo sabe hasta el más ingenuo. La decisión la  va a tomar el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Sigue así, el ejemplo de muchos de sus antecesores.

Y es que el poder es un monstruo difícil de manejar. El que encabeza el poder  en México, está convencido que es un semi-Dios, que lo que dice  es verdad, que es infalible.

Un enamorado del poder, como lo es el Presidente López Obrador, no  podría dejar pasar la oportunidad de elegir a su sucesor, alguien que  comparta sus ideales, sus luchas, sus  inquietudes.

No significa que al que escoja vaya  ser un clon, un títere. Eso es lo que se busca  en principio, pero no siempre es así. La  historia  ofrece abundantes ejemplos de que el nuevo Presidente siempre rompe con él que lo hizo Presidente.

Han roto con sus antecesores Plutarco Elías  Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez,  Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo, entre otros.

Y rompen con su antecesor por la sencilla razón de que el poder no se comparte, por  más cabrón que sea el antecesor, como sucedió con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. Este no tenía carácter y envió a la cárcel al hermano de ex presidente, a Raúl Salinas. Lo bueno que no tenía carácter.

Y si nos  vamos más atrás en el tiempo, nos encontraremos que Plutarco Elías Calles presuntamente mandó matar  Álvaro Obregón, para que no  tomar posesión  y eso que Obregón era un matón, que lo mismo mandó matar a Francisco Villa que a Venustiano Carranza.

Todo mundo está convencido de que Claudia Sheinbaum será una extensión de López Obrador. No  hay que adelantar vísperas, hay que darle  tiempo al tiempo, con el agregado de que la señora Sheinbaum es más radical que el Presidente. Si no se muestra así, es por respeto al Presidente, pero al tener la  banda presidencial cruzándole el pecho, otra será su actuación.

No  habrá  títeres. No lo será ni la Sheinbaum, ni ninguno de los otros cinco y eso en el fondo lo sabe  López Obrador.

Al final, cada uno de los seis aspirantes al poder por Morena y sus aliados, tendrá su propio estilo de personal  de gobernar.

Por otra parte, el Secretario de Salud en Tamaulipas, Vicente Joel Hernández Navarro, dio a conocer que ya inició la temporada de  huracanes  y se esperan entre 10 y 16 para la zona del Océano Atlántico, e igual número en el Océano Pacífico.

Destacó que  ya se activó el Comité Estatal de Seguridad en Salud para estar al pendiente de los  huracanes que  puedan azotar las costas de Tamaulipas, para auxiliar a la ciudadanía.

Tamaulipas necesita uno o dos  huracanes para  que se llenen las presas, pero que no sean devastadores. Luego sale peor el caldo que las albóndigas.