CARLOS GERARDO CORTES GARCIA
HIPODROMO POLITICO
Tras la escandalosa derrota en la elección del pasado dos de junio, el Partido Revolucionario Institucional de Yahleel Abdalá Carmona busca con ansias las placas del tráiler que los atropelló, lo que hasta hoy no ha podido encontrar.
Al interior de ese partido acusan todos y por todos y hay una verdadera cacería de brujas, cuando la realidad es que no han sido lo honestos que debieran ser y entender que no se puede ir a una elección sin estrategia, sin rumbo y sin candidatos.
Y a los pocos candidatos que podían haber dado resultados, la “flamante presidenta del PRI” les dio con el látigo de su desprecio, los trató como enemigos, no les dio los recursos que les correspondían y, literalmente, los trató como adversarios. Me explico.
En Tampico, donde en territorio el PRI tenía candidatos competitivos en esta zona, Yahleel mandó a Carlos de los Reyes como Delegado Especial del PRI. Y hay que recordar que De los Reyes fue dirigente juvenil del PAN, que no líder, y traicionó al blanquiazul y se fue al PRI. Y desde el cargo de delegado, De los Reyes les jodió la vida a Ricardo Garza Narváez y a Astrid Lattuada de León, ambos candidatos del PRI.
Y a seguramente la votación no les hubiera alcanzado para ganar. Mon Marón y Rosa González Azcárraga tuvieron una votación inalcanzable, pero si hubieran tenido una estrategia inteligente ésta les hubiera permitido obtener más votos que los que tuvieron, acorde con la realidad de un trabajo y un esfuerzo realizado en campaña.
Entonces, este sujeto no conoce al PRI, no conoce a la militancia en Tampico, no conoce a los electores y fue a darse una vida de rey, en lugar de ponerse a trabajar en coordinación con los candidatos. Carlitos de los Reyes se sintió lo que no es.
Pero, además, a De los Reyes, se le ocurrió la brillante idea de iniciar una guerra muy sucia en contra del presidente municipal, Jesús Nader Nasrallah, cuando resulta que Nader estaba dedicado a gobernar Tampico y no era parte de las campañas políticas. Brillante estrategia de campaña la de Carlos de los Reyes.
Yahleel, De los Reyes y quienes tuvieron la responsabilidad de ayudar a los candidatos no sólo no lo hicieron, sino que además cuando pudieron les metieron zancadillas para verlos caer, lo que al final ocurrió, por una frustración personal de quien no sabe ser líder y quien se frustró al no poder lograr resultados en la elección para senador de la República. Por eso, si Claudia Ruiz Massieu no ha hecho nada con la pésima actuación de Abdalá Carmona, esperan los priístas que quien llegue a la dirigencia nacional, Alito o José Narro Robles, exijan la renuncia de Abdalá si es que quieren hacer algo por el PRI tamaulipeco.
¿Y entonces, para que preguntar por qué perdió el PRI? ¿Y entonces, para que investigar quien fue el culpable de la escandalosa derrota? No hay mucho que investigar. La culpable de la derrota del tricolor es quien despacha en la oficina principal del PRI en Tamaulipas, en Ciudad Victoria.
Si. Acertó amigo lector. La culpable de la derrota y quien debiera poner su renuncia en la mesa a la brevedad, que de hecho debió haberla puesto al día siguiente de la elección, es Yahleel Abdala Carmona, quien se puede dar por bien pagada con la diputación plurinominal que ya tiene en la bolsa y lo que cobró de salarios mientras ha estado al frente del PRI porque su trabajo ha dejado mucho que desear.
Porque además, hay priistas tamaulipecos que están a la espera de que haya nuevo presidente nacional del PRI para denunciar todo el cúmulo de irregularidades que suceden en Tamaulipas, bajo la dirigencia de Yahleel Abdalá Carmona, quien le debe su chamba al inquilino de San Pedro Garza García y no a la militancia priísta de Tamaulipas, quien ya está hasta la madre de los abusos por parte de los dirigentes priístas en el estado, que sólo han logrado llevar al partido a la vergonzosa realidad que vive hoy, y que quien sabe cuándo podrá revertirse.
Yahleel sólo ha demostrado, desde una dirigencia de dedazo, que es una ignorante de la política, pendenciera y mal educada que quiso ganar imagen peleándose con Roberto González Barba, un personaje de la vieja guardia que sabe y conoce de aguacates, y que en lugar de sumar y multiplicar sólo ha sabido restar y dividir.
Reitero. El tiempo de Yahleel como “dirigente” ya terminó. Ahora es tiempo de que se vaya a disfrutar su diputación y su dieta, porque no podemos dejar de recordar cómo, cuando fue diputada federal, cacaraqueó y engañó a los electores con la presunta solución del problema de los autos chocolates, lo que nunca ocurrió.
Ojalá, pues, Yahleel entienda que la militancia priísta la repudia y que su tiempo de irse es ya.
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