Reflejos de un Corazón
Por: Juan Torito Ramírez

Seamos nuestros propios escritores,
No sólo por escribir un estado en una red social,
Escribamos historias de amor, de tristeza, llanto y dolor.
Donde nosotros seamos los protagonistas,
Que tu libro sea tan único que impacte y guste a ti mismo.
Porque al pasar el tiempo tú serás el mayor crítico.

Seamos nuestros propios compositores de canciones,
Trabajemos en realizar esas canciones que nos alegrarán el corazón,
Que nos harán sentir y palpar nuestros sentimientos,
No importa que ritmo o tono lleven,
Al terminarlas serán tan auténticas,
Que al cantarlas le darán un toque de felicidad a nuestro corazón.

Seamos nuestros propios pintores,
Llenemos de cuadros y pinturas toda nuestra vida,
Ya que ahí plasmaremos cada momento, triste o alegre que hemos vivido.
Recordemos cada situación, cada acción y cada sueño por cumplir de nuestra vida,
Así podremos montar nuestra propia galería para que el mundo conozca la maravilla de persona que somos,
Al gran ser humano que hay en nuestro interior.

Seamos nuestros propios escultores,
Esos que se han esforzado, trabajados y sobre todo aprendiendo de cada problema,
Caída, tristeza e impotencia, que nos han hecho las grandes personas que somos
Hoy en día, reconozcamos nuestras virtudes como las mejores herramientas
Para forjar este monumento tan imponente que somos nosotros.

Seamos esos músicos, que animan, motivan y ayudan a cada persona que está a nuestro lado, para que siempre se vaya con una sonrisa,
Toquemos nuestras mejores melodías a la vida,
Interpretemos en cada momento, en cada situación, porque la música es un alivio para nuestra alma,
Que no te importe lo que la gente piense de tu música, tu música es hermosa porque es para ti, tú la interpretas, tú la escuchas y tu alma la necesita.

Seamos esos buenos actores que van actuando esta novela que cada uno va produciendo,
Algunas veces seremos los malos, otras tantas los buenos, pero seremos los protagonistas de ella.
Habrá algunos más que entrarán como actores secundarios, pero nunca dejemos que nos roben el papel principal.

Seamos los artistas que queramos, todos tenemos en nuestro interior un don para realizar obras de arte.
Que nadie limite tus talentos, por algo los tienes y los tienes que explotar, compártelos y ayuda a quien necesite de ellos.

Dejemos a un lado un poco de aquello que nos distrae y empecemos a escribir, pintar, componer, bailar o todo aquello que te apasiona. Pará realizarlo no ocupamos celulares, computadoras o cosas tecnológicas, ya que antes de eso nuestro cuerpo era esa maquinita para digitalizar esas pasiones que nos hacían sentir bien.

Hoy podemos ser mejores que antes, podemos mejorar lo que somos y lo que hacemos. Podemos mejorar la sociedad y nuestro entorno. El primer paso es dejar de pensar en qué dirán los demás, mejor preguntémonos ¿qué es lo que me hace feliz?

El segundo paso es dejar a un lado nuestro celular, levantar la cabeza y observar lo magnífico que es el mundo. Dejemos de ser una generación de cabeza agachada.

Tercero antes de darle un celular o tableta a un niño, mejor regalémosle una libreta, colores, un instrumento para que a través de ellos descubra lo bueno que hay en el mundo.

Que tengas un extraordinario día y recuerda “Tú eres el mejor artista que hay en esta vida”. ¡Cristo te dio talentos no los desperdicies!