Tiempo de opinar
Por Raúl Hernández Moreno

Era inevitable que la popularidad del Presidente Andrés Manuel López se cayera. Y con mayor razón cuando gobierna con torpeza y no se ven avances en ningún tema. Peor aún, en todos hay retroceso.

Arrancó su sexenio con 79 puntos de aprobación y este fin de semana, las encuestadoras Mitofsky y Arias Consultores le dan 49.2 y 39.7, respectivamente.

Ha perdido 30 puntos en los 3 primeros meses del 2020. Pudo convertirse en el héroe del Covid-19, pero prefirió actuar como villano y lo único que ocasionó es que en el exterior lo tachen de irresponsable y se pregunten si esta cuerdo.

No solo su estado de salud mental está en entredicho, para colmo él contribuye a generar polémica, cuando crítica la instalación de aerogeneradores de energía eléctrica en la zona de la rumorosa, “porque afean el ambiente”. Es el desquiciamiento total y lo peor es que con sus acciones perjudica al desarrollo del país.

Solo a él se le ocurre decir que el Covid-19 es un invento de los conservadores y solo a él se le ocurre negarse a que le tomen la temperatura acusando al reportero de provocador, porque le pregunta sobre su negativa.

Cuando Enrique Peña Nieto ganó las elecciones de 2012 vapuleó a Andrés Manuel López Obrador con 3 millones de votos de diferencia. Inicio el sexenio con 57 puntos de aprobación y 30 de desaprobación.

En septiembre de 2014 se dio el caso Ayotzinapa –que López Obrador no ha podido resolver en 16 meses de mandato— que Peña Nieto manejo con torpeza y su popularidad fue disminuyendo al grado que su imagen se convirtió en un problema para el PRI que optó por desmarcarse, en un intento de no verse perjudicado, pero de nada sirvió y al final de su sexenio tenía una desaprobación del 75 por ciento. López Obrador debió verse en el espejo de Peña Nieto, a fin de cuentas son muy parecidos: son frívolos.

En otro tema, el Instituto Nacional Electoral se mantiene firme en que el 7 de junio se realicen las elecciones de Hidalgo y Coahuila, en las que se van a renovar 84 ayuntamientos y 25 diputaciones locales.

Durante abril se llevará a cabo el registro de candidatos y a mediados arrancan las campañas, en plena contingencia por el coronavirus, salvo que en las próximas 2-3 semanas la emergencia sanitaria se logre controlar y los casos declinen.

Los resultados de las elecciones en estos dos estados son muy importantes para el PRI y Morena. Ambos son gobernados por el PRI de toda la vida y el tricolor debe arrasar. Si así ocurre, será la confirmación de que en el 2018 los gobernadores priistas pactaron con López Obrador para ayudarlo a ganar a cambio de inmunidad.

En cambio, si Morena arrasa en Coahuila e Hidalgo, será la confirmación de que en el 2018 López Obrador ganó por el apoyo del pueblo bueno y que no hubo necesidad de ninguna negociación en lo oscurito. En ambos estados, el PAN será espectador con todo y que es probable que quede en segundo lugar.